La “Ley Silla”, que obliga a empleadores a permitir a las y los trabajadores sentarse en asientos con respaldo, fue aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, ahora se discutirá en el Senado donde su impulsora ve voluntad política para su aprobación. De igual forma, trabajadoras ven con buenos ojos que avance.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).– Personas que trabajan horas de pie sin tener la opción de sentarse presentan dolores en la cadera, pies, en la espalda y también se enfrentan al temor de expresarlo a sus jefes. En ese contexto, ven positiva la reciente aprobación de la “Ley Silla” en la Cámara de Diputados.
Una reforma a la Ley Federal del Trabajo conocida como “Ley Silla” fue aprobada esta semana por unanimidad en la Cámara de Diputados y obliga a empleadores a permitir a las y los trabajadores sentarse para descansar por momentos durante su jornada laboral.
La propuesta, que el Senado podría aprobar la próxima semana, plantea que los jefes deben proveer el número suficiente de asientos o sillas con respaldo a las personas trabajadoras en los sectores de servicios, comercio, centro de trabajo y sector industrial.
“Estamos votando por algo tan simple y humano como es tener una silla con respaldo para sentarnos durante la jornada de trabajo”, dijo la Diputada emecista Patricia Mercado, impulsora de esta ley desde la Legislatura pasada.
Durante la votación en la Cámara de Diputados, el miércoles 2 de octubre, recordó que está comprobado que las personas que pasan muchas horas de pie son propensas a desarrollar enfermedades como várices y fascitis plantar, es decir, dolor en la planta del pie, padecimiento por el que, mencionó, el Seguro Social recibe al año 30 mil personas.
Testimonios de trabajadores en tiendas de plazas comerciales, departamentales o restaurantes señalan que pasan alrededor de ocho horas de pie, sin tomar en cuenta el periodo de traslados, por lo que han presentado dolor en pies y cadera.
Tres mujeres que trabajan paradas durante ocho horas como demostradoras en una farmacia de la Ciudad de México se alegraron al enterarse sobre la ”Ley Silla”, aunque dudan de que sus empleadores la respeten.
Una de ellas ha normalizado tener dolor de cadera, pues además de la jornada laboral hace dos horas de traslado a sus hogares a hacer labores domésticas.
–¿Han sentido algún malestar?, ¿dolor de piernas, de pies? –se les preguntó.
–Sí, la planta de los pies y las piernas, incluso a mí la cadera, la cadera y la espalda. Ya es parte de nuestras dolencias como consejeras porque ya salimos cansadas y ya lo agarramos como normal –respondió una de ellas, quien al igual que sus compañeras aceptó dar su testimonio de manera anónima.
Al preguntarles sobre la reforma aprobada en la Cámara de Diputados una empleada opinó que podría beneficiarlas, pero recordó la frecuencia con la que sus jefes les impiden sentarse o las dejan sin sillas.
–Ya las quitaron aquí [las sillas]. Y por ejemplo, si algún jefe, luego hay jefes que dicen: ‘No las quiero ver sentadas’ –acusó.
La Diputada Patricia Mercado explicó que la iniciativa contempla sanciones como multas o, si hay incidencia, suspensión de los centros de trabajo si los empleadores se resisten a instalar las sillas con respaldo, por ello recomendó a las y los trabajadores sentir la confianza de acercarse a la Procuraduría de Defensa del Trabajo de sus entidades para presentar denuncias en caso de que la ley no se cumpla una vez que entre en vigor.
De acuerdo con la Diputada, hay voluntad del sector empresarial porque desde el año pasado ella y personas que defienden derechos laborales impulsaron diálogos con varias cámaras de comercio, servicios e industria para acordar el avance de la ley.
“[La iniciativa] habla primero de multas –fijadas según el valor de la Unidad de Medida y Actualización– y si hay incidencia incluso llegar hasta suspender las actividades del centro de trabajo. Ahí sí las trabajadores, los trabajadores tienen que ir a la Procuraduría de Defensa del Trabajo, los centros de conciliación, para que les tome su demanda”, aseveró.
“El año pasado tuvimos varias reuniones con todas las cámaras porque esto también, si bien es para comercio, servicios y centros de trabajo análogos, también se hace extensivo a establecimientos industriales. Aquí la cuestión es cambiar ese modelo de trabajo de una sobreexplotación sin sentido para que los trabajadores puedan no tener problemas de salud y puedan desarrollar mejor sus actividades”
El guardia privado de una tienda departamental contó que ha trabajado por 15 años de pie y cargando un arma; su jornada dura 14 horas, pasa otras cuatro en traslados y descansa dos días de descanso a la semana. Además de afectaciones a los pies, padece gastritis y problemas para conciliar el sueño.
–¿Ha tenido afectaciones a su salud por trabajar parado? –se le preguntó.
–Sí. Lo primero que te afecta es la planta del pie y más si no tienes el arco del empeine. [Con el pie plano] me afecta todavía más. Se te hinchan los pies, te salen várices. Por tanto tiempo de utilizar la bota, de que el pie no está ventilado, pues las infecciones, como por decir pie de atleta, hongos en las uñas, aunque tengas mucho cuidado. La columna, el peso. Algunos no cargan el arma, no cargan el chaleco. Su posición es un poquito más relajada en el aspecto que se pueden recargar en un carrito, pero pues aquí sí la mayoría del tiempo tienes que estar viendo hacia la puerta.
Aunque ve positiva la “Ley Silla”, cree que al sentarse se relajaría y no daría la imagen de estar vigilando posibles robos afuera de la tienda.
”Está bien la ley, está cómodo para los compañeros porque sí es una molestia estar parado casi de filo. Yo lo veo un poquito de este lado, como tal la imagen que das es lo que te pide la empresa. O sea, como que no te verías bien con un arma y todo desparramado en una silla… Sí entiendo por qué están peleando, porque sí es una friega para nosotros, en especial lo que son las várices”, agregó el guardia.
Con la reforma también se busca que el reglamento interno de los centros de trabajo incluya los periodos de reposo durante la jornada laboral como obligatorios.
Cuando la Ley se publique en el Diario Oficial de la Federación empleadores tendrán 180 días, casi seis meses, para comprar y colocar las sillas para los trabajadores.
Antes de entrar en vigor, la “Ley Silla” todavía debe volver a ser aprobada en el Senado, ya que venció el plazo de 90 días para que pudiera discutirse y votarse. Sin embargo, hay voluntad política para que suceda tan pronto como la próxima semana, indicó la Diputada Patricia Mercado.